2 de octubre de 2008

DESILUSIÓN

Tras varios meses sin realizar ningún comentario en este blog por falta de tiempo fundamentalmente, por fin vuelvo.
Y por desgracia vuelvo porque a partir de YA voy a tener mucho tiempo. Y digo por desgracia porque no es un tiempo que yo he buscado, sino un tiempo impuesto: acabo de pasar a engrosar las cada vez más grandes listas del paro.
Sí. Falta de trabajo. La empresa se cae y prueban a sostenerla prescindiendo, por el momento, de un puesto de trabajo en cada delegación del país. Yo soy uno de esos puestos de trabajo.
Es como si me hubieran cortado un brazo, si me faltara algo. Hoy es el segundo día en casa y el techo se hunde.
Trabajo hay, sí, de camarera, de dependienta, de reponedora..... Tengo dos carreras, un máster, algún que otro idioma, y mi trabajo era de comercial. Genial. Te preparas, te sacrificas (porque, para mi, estudiar es un sacrificio grande: te esfuerzas al máximo por conseguir NADA, un papel, una nota, no mucho más....) y acabas trabajando en algo que te gusta pero en lo que podías haber empezado a trabajar a los 18 en lugar de a los veintitantos con tanto titulito.
¿Y ahora qué? ¿vuelvo a intentarlo? ¿o simplemente intento encontrar un trabajo que me ayude a pagar la hipoteca y no me llene en absoluto??
Mañana pensaré en ello. Hoy no me apetece. Mi cerebro y mi ánimo hoy también se han quedado en paro.

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